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Si la perfección hecha paisaje existe, su nombre es Noruega. El país nórdico, el segundo con menos densidad de población de Europa, no necesita de hipérboles ni exageraciones para su presentación, se trata de un vergel salvaje e inhóspito con un poder de atracción como pocos lugares en el mundo. En Noruega la naturaleza se presenta en su versión más brutal e hipnótica: fiordos serpenteantes, excelsos glaciares, montañas de cumbres nevadas, rocas de caprichosas formas, playas de arena fina, orcas, ballenas jorobadas, puffins… Nada falta y nada sobra en este auténtico paraíso para los amantes del senderismo y las actividades al aire libre.
Hasta los pueblecitos de pescadores que colorean las escarpadas costas noruegas, o las grandes ciudades como Bergen y Tromsø, estén encajadas en su entorno al más puro estilo escandinavo, imperando el buen gusto y el respeto por el medioambiente. No es de extrañar, que en este idílico escenario se hayan forjado muchas figuras emblemáticas de la historia de la exploración, como Roald Admunsen o Fridtjof Nansen. Ellos -los noruegos- fueran los primeros en alcanzar el Polo Sur o cruzar la Antártida, y todo gracias a un ADN impregnado desde la cuna de naturaleza y aventura.
A continuación os presentamos dos itinerarios perfectos para hacer con los tuyos por el país de los trolls. Ambos son totalmente adaptables a vuestras necesidades de fechas, duración, inquietudes, etc, y por supuesto a las necesidades de vuestros niños.
Aterrizaréis en el aeropuerto internacional de Gardermoen, unos 50 kilómetros al noreste de la ciudad*, dependiendo de la hora de llegada del vuelo tendréis más o menos tiempo para disfrutar de Oslo. La capital noruega, la más importante y poblada del país (650.000 habitantes), destila estilo, arte y cultura. Situada en la cabecera del más sureño de los fiordos noruegos, rodeada por cerros y montañas boscosas, y moteada por 40 islas y más de 300 lagos, la antigua Christiania es una oda a la naturaleza y las tradiciones escandinavas. De calles limpias, anchas, de un empedrado pulcro y laceradas por los rieles del tranvía, la capital más antigua de los vetustos reinos escandinavos es ciudad que desprende paz y sosiego, y que bien merece una visita** reposada. Noche en Oslo.
Día completo para visitar la capital noruega. Oslo está cargada de lugares de interés, algunos imprescindibles que no debéis dejar de conocer son: la Ópera Nacional, inaugurada en 2008 pero que se ha convertido en el símbolo de la capital; la avenida Karls Johan Gate, que conecta la estación central de trenes con el Palacio Real y está repleta de tiendas, bares y restaurantes; la Galería Nacional, que alberga “El Grito” de Edvard Munch; la Catedral de Oslo, de finales del siglo XVIII; el parque de Vigeland, abierto 24 horas y que cuenta con más de 200 esculturas de Gustav Vigeland, siendo el parque más grande del mundo con figuras de un solo artista.
Otra de las visitas ineludibles de Oslo es la península de Bygdøy, donde se encuentran algunos de los museos más interesantes de todo el país: el museo del pueblo noruego, un gran espacio al aire libre con 155 viviendas tradicionales y una gran iglesia de madera medieval que se trajo desde el pueblo de Gol, al norte de Oslo; el museo de barcos vikingos, que alberga los tres drakkar mejor conservados del mundo; y el museo del Fram, homenaje a la exploración polar noruega y a los tres grandes exploradores del país Fridtjof Nansen, Otto Sverdrup y Roald Amundsen, y cuya atracción principal es el navío polar Fram, construido en 1892.
Sí aún tenéis tiempo para más, podéis visitar la Fortaleza Akerhus, hacer un paseo en barco por el Oslofjorden, tomar algo en Aker Brygge, o visitar Grünerlokka, el barrio hipster de Oslo.
Por la noche tomaréis un tren nocturno a Stavanger. Noche a bordo del tren en un cómodo asiento reclinable.
Llegaréis temprano a Stavanger, localidad portuaria y la cuarta más poblada de Noruega con sus más de 130.000 habitantes. La ciudad del petróleo, como se la conoce por su importante industria de crudo, cuenta con una ubicación privilegiada para acceder a la región de los grandes fiordos noruegos y es una base ideal para realizar algunas de las caminatas más apasionantes del suroeste del país, como son los trekkings a Preikestolen o Kjeragbolten (la roca colgante de Lysefjord).
No obstante, Stavanger es una ciudad muy agradable para disfrutar de un día completo recorriéndola a pie. El primer lugar que no debéis dejar de visitar es Gamle Stavanger, su casco histórico, un pintoresco conjunto de calles adoquinadas con 170 casas blancas de madera. Muy cerca se encuentra el Byparken, el auténtico pulmón de la ciudad, ideal para darse un relajante paseo alrededor del lago Breivatnet. En este parque se localiza la Catedral de Stavanger (San Vito), construida por artesanos ingleses en 1125, es la más antigua de Noruega y la única que conserva su aspecto desde la Edad Media.
La Torre Valberg es otro de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, de planta octogonal y con una altura de 27 metros, fue construida en el siglo XIX habiendo sido utilizada a lo largo de su historia como torre del reloj, observatorio y puesto de vigilancia.
Otros puntos de interés son: la calle Klubbgata, donde el grafitti se hace arte en las fachadas de sus edificios; Skagenkaien, la zona ideal para salir a tomar algo por la noche; el museo marítimo; o el Vågen, el puerto marítimo donde se concentran los mejores restaurantes para probar los pescados y mariscos de la ciudad. Noche en Stavanger.
La jornada de hoy está pensada para hacer una de las caminatas más míticas y anheladas para todo aquel que visita Noruega: la subida al mirador de El Púlpito o Preikestolen. En Stavanger existen empresas que realizan excursiones a este maravilloso lugar. Recomendamos reservarlo con tiempo. Estas excursiones incluyen autobús que servirá de transporte desde Stavanger hasta el parking desde el que se accede al camino que lleva hasta la gran plataforma de roca glacial de 604 metros que domina el Lysefjord.
La subida hasta Preikestolen, aunque es dura, está al alcance de cualquiera que goce de una condición física aceptable. El sendero es escarpado y empinado. La distancia hasta la plataforma es de unos 4 kilómetros y el desnivel no alcanza los 350 metros. Aunque depende del estado de forma de cada uno, lo normal es subir en unas dos horas, mientras que la bajada tomará una hora y media aproximadamente, cubriendo un total de 8 kilómetros entre ida y vuelta. Las vistas sobre el fiordo desde el Púlpito son impresionantes. Noche en Stavanger.
Madrugaréis mucho para tomar el autobús a Bergen, donde llegaréis sobre la hora del almuerzo. Resto del día para empezar a conocer la segunda ciudad más grande de Noruega, con 280.000 habitantes. Al final del viaje tendremos la oportunidad de gozar de un día completo en la que para muchos es la ciudad más hermosa del país nórdico.
Históricamente, Bergen ha sido un importante puerto comercial que formó parte de la Liga Hanseática, una trascendente asociación de comerciantes alemanes (siglos XIII-XVII) que dominaron el comercio marítimo del norte de Europa y que fijaron aquí su sede central. Fueron más de 400 años y su legado se puede apreciar en la ciudad, especialmente en el Bryggen, el muelle jalonado de casitas de maderas de colores que forman la imagen más emblemática de la ciudad. Una de estas casitas alberga el Museo Hanseático.
El Bryggen concentra los principales puntos de interés de la ciudad como la Fortaleza Bergenhus, un extenso complejo con construcciones que datan del siglo XII, y que en época medieval fue la residencia del rey. Dentro de Bergenhus destaca el Håkons Hall, sala construida en el siglo XIII, cuando reinaba el rey Håkon y Bergen era el centro político de Noruega. Al lado se localiza la Torre Rosenkrantz, una imponente construcción de 1560 que dejó atrás sus funciones defensivas para convertirse en un estupendo mirador. Otro de los imprescindibles de la ciudad es el mercado de pescado (Fisketorget) que se monta junto al muelle, un lugar ideal para probar el excelente salmón noruego o la carne de ballena.
La iglesia de Santa María, del siglo XII, es el edificio más antiguo de la ciudad. Su visita y la del cementerio anexo es muy recomendable. Y mucho más la subida al Monte Fløyen, el más famosos de los siete montes que rodean la ciudad, y al que se puede subir en 5 minutos mediante un funicular. Las vistas desde arriba son espectaculares. Noche en Bergen.
Por la mañana recogéis el coche de alquiler en Bergen, punto de partida de vuestro road trip circular de cinco días. Pondréis rumbo a la carretera Fv7, parte de la Ruta Panoramica Nacional de Hardanger, conduciendo paralelos a Hardangerfjord. Con una longitud de 179 kilómetros, este fiordo se extiende desde las frías aguas del Atlántico hasta la meseta de Hardangervidda, siendo el cuarto fiordo más largo del mundo y el segundo de Noruega tras Sognefjord.
En el camino iréis parando para disfrutar de las bellas postales que regala la ruta. La primera parada será en Fossen bratte, una cascada de 80 metros conocida como “el velo de la novia”, es recomendable dejar el coche antes de entrar al túnel de Fossenbrate y caminar unos 10 minutos hasta la base de la cascada. Continuaréis ruta parando en otra cascada, Steinsdalsfossen, situada en el pequeño pueblo de Steine, dos kilómetros al este de Norheimsund. Con sus 50 metros de caída, se trata de una de las más populares de Noruega, contando con una pasarela que permite caminar por detrás del chorro y disfrutar de una perspectiva diferente del salto de agua.
Otras dos paradas de interés a lo largo de la ruta son: Øystese, localidad famosa por sus granjas de fruta, presentes en la región desde el siglo XVI y Steinstøberget, un área de descanso en la que los noruegos suelen practicar pesca deportiva.
Continuaréis caminando hasta vuestro destino cruzando el fiordo por el puente colgante de Hardanger, el más largo de Noruega con 1.380 metros de longitud. Finalmente llegaréis a la localidad de Eidfjord, una de las zonas más bonitas de la región y base ideal para explorar el Parque Nacional de Hardangervidda. Desde Eidfjord se pueden hacer numerosas caminatas, como la que llega hasta la granja Kjeasen, a unos 6 kilómetros de la ciudad, y que ofrece unas excelentes vistas de Hardangerfjord. Completaréis el día conduciendo hasta Vøringfossen, una imponente cascada de 182 metros de altura que cae por un vertiginoso cañón. Noche en Eidfjord o alrededores.
Dejáis Eidfjord y su bello entorno para poner rumbo norte hacia Flåm. A la altura de Granvin podéis desviaros por la carretera 572 para descender a Ulvik, un pequeño pueblo a orillas de Ulvikafjord, uno de los brazos de Hardangerfjord. En Ulvik podéis disfrutar del entorno de grandes montañas, de las rutas de senderismo o de su fábrica de sidra y zumo.
Volvéis a la carretera 13 para continuar dirección Voss, de camino podéis desviaros un instante para disfrutar de Skjervsfossen, una cascada de dos saltos con 150 metros de caída. Un poco más adelante llegaréis a Voss (14.000 habitantes), la capital de los deportes de aventura en Noruega y localidad con una larga tradición gastronómica donde es recomendable probar la carne de cordero cocinada al estilo tradicional («smalahove» y «pinnakjøt»).
De Voss nos dirigiréis directamente a la pequeña población de Flåm, a orillas de Aurlandsfjord, rodeada por montañas escarpadas, cascadas estruendosas y estrechos valles. Desde aquí parte el ferrocarril Flåm-Myrdal, uno de los recorridos ferroviarios más espectaculares del mundo. El vertiginoso ascenso hasta Myrdal tiene una pendiente del 5,5% en el 80% del recorrido, cubre una distancia de 20 kilómetros y tiene 20 túneles. En menos de una hora habréis llegado al destino después de vivir una experiencia única.
Una vez en Myrdal, recomendamos la opción de regresar a Flåm en bicicleta, en un descenso de algo menos de 20 kilómetros que tardaréis en cubrir unas 2 horas. También existe la posibilidad de regresar a pie, demorando unas 6-7 horas, o volver en el propio tren. De cualquier forma, disfrutaréis de unas magníficas vistas de varias cascadas: Kjosfossen, Kårdalsfossen, Rjoandefossen y Brekkefossen. Noche en Flåm, Aurland o alrededores
Ponéis rumbo norte dirección Sognefjord, “el fiordo de los sueños”, la idea es pasar el día disfrutando del fiordo más largo y profundo de Noruega, y el segundo más grande del mundo, tras el Scoresby Sund de Groenlandia. El Sognefjord se extiende desde las costas del norte de Bergen hasta las majestuosas montañas del Parque Nacional Jotunheimen. Su brazo principal tiene cerca de cinco kilómetros de media, estando rodeado por espectaculares montañas que alcanzan los 1.700 metros y acantilados de hasta 1.000 metros desde el agua.
Cogeréis la carretera E16 dirección este. Tenéis dos opciones de llegar a Balestrand: la primera es tomando un transbordador en Gudvangen* para cruzar a Kaupanger, en el extremo opuesto del fiordo. Este recorrido en ferry regular es una oportunidad única para transitar por algunos de los fiordos más bonitos de Noruega como: Nærøyfjord, Aurlandsfjord y Sognefjord, tratándose de un inolvidable trayecto de 48 kilómetros entre algunos de los paisajes más atractivos de esta parte del país.
Desde Kaupanger tomaréis la carretera 55 dirección oeste e iréis bordeando el Sognefjord por esta espectacular vía considerada Ruta Turística Nacional de Noruega, hasta llegar a Balestrand, una tranquila población de apenas 1.300 habitantes ideal explorar el fiordo o realizar alguna actividad en el mismo, como: caminatas por las montañas de alrededor, cruceros en barco, kayak o una ruta en bici de unos 50 kilómetros por tres brazos del Sognefjord.
La segunda opción consistiría en continuar dirección norte por la carretera 13 hasta Vangsnes, donde tomaréis el transbordador hasta Dragsvik, localidad situada a escasos 10 kilómetros de Balestrand.
Tras disfrutar del fiordo y/o de alguna de las actividades que ofrece Balestrand iréis directos a Skei tomando la Fv13, una carretera comarcal con tramos montañosos que en los meses de otoño-invierno suele estar cerrada por las nevadas. No obstante, merece la pena hacer este recorrido para disfruta del paisaje alpino y las montañas de esta parte del país. Noche en Skei o alrededores.
La jornada de hoy está pensada para explorar una de las lenguas glaciares del Jostedalbreen, el glaciar más grande de la Europa continental. Con una superficie de 487 km² forma parte del Parque Nacional homónimo que a su vez abarca un área de 1.310 km², y es una de las maravillas naturales más destacadas de Noruega.
Recomendamos partir de Skei, a las 9 am, vuestra base para explorar la lengua glaciar de Haugabreen, en la parte occidental del glaciar Jostedalbreen. Este es uno de los glaciares más accesibles del sur de Noruega, y desde la agencia recomendamos reservar un trekking* guiado para caminar con crampones sobre el hielo y adentraros en el glaciar. El tour tiene una duración de unas 6 horas desde que se sale del valle de Haugadalen hasta que se regresa a Skei. Noche en Skei o alrededores.
Emprenderéis regreso al punto de partida de vuestro particular road trip: Bergen. De camino os proponemos visitar un par de museos muy interesantes para conocer la cultura tradicional noruega. En Vassenden se localiza el museo Jølstra, una pintoresca granja reconvertida en galería de arte con casas de madera con más de 400 años de antigüedad. Continuando unos 10 kilómetros por la carretera 5, antes de llegar a Førde, haréis una parada en el Sunnfjord Museum, un agradable museo al aire libre con 25 edificios de mediados del siglo XIX que proporcionan una visión muy enriquecedora del modo de vida tradicional en el distrito de Sunnfjord. Los más osados pueden darse un baño en el lago Movatnet, situado junto al museo.
Llegaréis hasta Lavik, donde hay que cruzar en ferry el fiordo y llegar a Oppedal, el trayecto se cubre en poco más de media hora. Desde aquí continuaréis hasta Bergen, donde devolveréis el coche y aprovecharéis el resto del día para pasear por sus agradables calles y visitar todo eso que se quedó pendiente al principio del viaje. Noche en Bergen.
Cogeréis el primer tren de la mañana para disfrutar del Bergensbannen, o lo que es lo mismo la línea ferroviaria que une Bergen con Oslo. Considerado por muchos como el trayecto en tren más bello del mundo, se trata de una de las rutas ferroviarias más elevadas de Europa, pasando por el Parque Nacional de Hardangervidda, la altiplanicie más alta de Europa.
El éxtasis paisajístico a lo largo de sus casi 500 kilómetros de recorrido es brutal: ríos, glaciares, montañas, torrentes de agua, nieve, lagos y fiordos. Las cerca de siete horas de trayecto no se harán largas ya que podremos disfrutar de un auténtico espectáculo de la naturaleza tras las ventanas de vuestro compartimento. Llegaréis a Oslo por la tarde, con tiempo para disfrutar un poco más de la capital noruega. Noche en Oslo.
Aterrizaréis en Bodø, tras una escala obligada en Oslo, en el propio aeropuerto cogeréis el coche de alquiler con el que realizaréis este espectacular road trip. A pesar de no contar con demasiados atractivos, esta ciudad portuaria de 50.000 habitantes, es el punto de partida ideal para comenzar un road trip por el norte de Noruega. Noche en Bodø.
A primera hora de la mañana tomaréis un ferry hasta Moskenes, puerta de entrada a Lofoten. Situado más allá del Círculo Polar Ártico y considerado como uno de los archipiélagos más bellos del mundo, las islas Lofoten cuentan con algunos de los paisajes más espectaculares de Noruega: montañas escarpadas que en algunos casos superan los 1.000 metros, estrechos fiordos y pintorescos pueblos coloreados por las rorbuer, las tradicionales cabañas de madera de los pescadores.
Desembarcaréis en Moskenes para “retroceder” a la localidad de Å, punto de partida de la ruta E10, la conocida como “Ruta del Rey” (en homenaje al monarca noruego Olav V). Esta carretera panorámica es sin duda uno de los mayores prodigios de la ingeniería europea, comunicando todas las islas e islotes por tierra mediante túneles y puentes que salvan las gélidas aguas del mar de Noruega, llegando hasta Luleå (Suecia) y uniendo las Lofoten con sus vecinas Vesterålen.
En este primer día recorreréis las islas de Moskenesøya, Flakstadøya y Vestvågøy. Vuestra primera parada será Reine (315 habitantes), un pintoresco pueblo de pescadores desde donde parte el trekking hasta el mirador de Reinebringen, uno de los que ofrece una panorámica más espectacular de las islas. A pesar de elevarse a tan solo 448 metros, la subida hasta la cumbre supone un esfuerzo importante y lleva unas 2-3 horas (ida/vuelta). El sendero hasta la cima comienza a un lado del Ramsvikstunnelen, el túnel que hay poco antes de llegar a Reine.
Ya en la isla de Flakstadøya, os desviaréis de la E10, para visitar Nusfjord un hermoso pueblecito de apenas 100 habitantes en el que se han conservado algunas rourber de finales del siglo XIX y principios del XX. Un lugar muy agradable para pasear y echar un vistazo a su preciosa bahía. Seguiréis ruta para ir a Vikten (100 habitantes), en la parte oriental de la isla, justo donde termina la carretera 811. Podréis pasear por su playa de arena blanca y visitar la fábrica de vidrio (Glasshytta), donde Åsvar Tangrand trabaja el vidrio solapado desde 1976, merece la pena la visita.
Cambiaréis de isla a través del Nappstraumtunnelen, un túnel submarino de 1.776 metros que comunica Flakstadøya con Vestvågøy. Una vez en esta isla os desviaréis dirección norte para conocer dos playas impresionantes: Haukland y Uttakleiv. Si os veis con fuerzas podéis caminar de una playa a otra bordeando la costa por la carretera, se tarda algo menos de una hora en hacer los 4 kilómetros que separan ambas playas.
La jornada de hoy está pensada especialmente para los amantes del senderismo, ya que si aprovecháis bien el día podréis ascender a dos de los picos que regalan mejores vistas de todas las Lofoten: Justaltinden (738 m) y Glomtindem (419 m).
Desde Leknes, tomaréis la carretera 815 dirección Stamsund. Tras conducir algo más de cuatro kilómetros llegaréis al paso de Hagskaret, donde estacionaréis el vehículo en una pequeña área de servicio. Desde allí caminaréis por una carretera pavimentada unos 500 metros hasta llegar al comienzo del sendero que conduce a la cima del Justadtinden. Hasta la cima nos esperan 6 kilómetros en los que hay que superar un desnivel de unos 600 metros. No obstante, se trata de un trekking de escasa dificultad y que ofrece unas vistas sensacionales, pudiéndose completar los 12 kilómetros de recorrido en 2-4 horas dependiendo del nivel físico de cada uno.
Con el buen sabor de boca que deja toda ascensión que se precie, continuaréis hasta Stamsund (1.090 h), uno de los pueblos más bonitos de Vestvågøy, con un conjunto de rorbuer de color rojo muy pintorescas. Podéis almorzar algún pescado, ya que está localidad es la más importante en pesca de arrastre.
Una vez repuestas fuerzas volveréis a la carretera para dirigiros a Austvågøy, la isla más grande de Lofoten, a la que accederéis por el puente voladizo de Gimsøystraumbrua, de 839 metros de longitud. Continuaremos conducción por la E10 hasta llegar a un parking junto al lago Rørvikvatnet, desde donde parte el sendero hasta la cima del Glomtindem.
La subida es corta, pero de un esfuerzo constante, recompensado en una cima que regala una panorámica espectacular, incluida la montaña de Vågakallen (943 m), al sur, y la ciudad de Svolvær, al este. La duración aproximada del trekking es de dos horas (ida y vuelta), con un desnivel de 300 metros y una distancia recorrida de casi 6 kilómetros.
Tras la caminata pondréis rumbo al extremo sur de Austvågøy por la carretera 816 que conduce hasta Henningsvær (510 h), una atractiva población pesquera situada sobre unos pequeños islotes a la que se accede a través de dos puentes voladizos (Henningsværbruene). El día ha sido muy intenso por lo que conduciréis hasta Svolvær (4.800 h), la ciudad más grande del archipielago y capital de facto de las Lofoten. Noche en Svolvær, Kabelvåg o alrededores.
Continuais en Svolvær, donde haréis base para hacer un par de actividades muy recomendables. Por la mañana os aconsejamos realizar un safari en zodiac para observar en acción al águila pescadora, más conocida como pigargo europeo (Haliaeetus albicilla), el ave con la mayor envergadura del mundo -sus alas extendidas alcanzan los dos metros y medio-. Se sale en zodiac desde Svolvær para adentrarse en el estrecho de Raftsundet, un espectacular escenario desde el que se accede al Trollfjorden, un estrecho fiordo considerado por muchos como el más bello de Noruega por el impresionante paisaje de cascadas y grandes paredes montañosas que lo conforman. La duración de la actividad es de aproximadamente dos horas donde se trata de observar estas aves entre algunos de los mejores paisajes de las islas.
De vuelta a puerto podéis aprovechar para hacer un poco de turismo por Svolvær. Es recomendable visitar el Lofoten Krigsminnemuseum, un completo museo que narra los hechos acaecidos en las islas y en el norte de Noruega durante la Segunda Guerra Mundial. También podéis tomaros algo en el bar de hielo de la ciudad (Magic Ice Lofoten), o deleitaros con las vistas del Svolværgeita, un iconico pináculo de granito de 150 metros de altura que preside Svolvær, cuya ascensión es muy popular entre los amantes de la escalada de todos los niveles (si tenéis conocimientos de escalada os podemos contratar una excursión adaptada a vuestro nivel). Para completar la visita os podéis acercar hasta la iglesia de Vågan (1898), en la vecina población de Kabelvåg, el templo religioso de madera más grande del norte del país, con capacidad para 1.200 feligreses.
Para rematar el día os sugerimos hacer una excursión ”nocturna” en kayak. Una actividad de unas dos horas en la que se disfruta las largas y luminosas noches del verano ártico, en una combinación de silencio, naturaleza salvaje y plena libertad. Una aventura 100% recomendable. Noche en Svolvær, Kabelvåg o alrededores.
Dejáis Lofoten para adentrarnos en un nuevo archipiélago: las islas Vesterålen, menos conocido y a veces confundido con sus vecinas del sur, se caracteriza por los grandes contrastes, desde playas de fina arena blanca, fiordos o fértiles tierras de cultivo, hasta escarpados picos de montaña que se alzan junto al mar. La naturaleza es muy salvaje en estas islas.
Accederéis a Hinnøya, la isla más grande de Vesterålen, a través del puente de Raftsund que salva el estrecho por el que navegamos en zodiac en la jornada de ayer. Continuaréis por la E10 bordeando el Parque Nacional de Møysalen, desviándoos por la carretera 85 sentido Sortland (10.200 h), la ciudad más importante de Vesterålen y desde cuyo puente se accede a la isla de Langøya, donde desarrollareis la actividad de hoy.
Tomaréis la carretera 820 y en Frøskeland girais hacia el norte por la 821 para poner rumbo a Nyksund en el extremo septentrional de la isla. Este pequeño pueblo costero de apenas 40 habitantes será vuestra base y punto de partida para la caminata del día: Dronningruta (la Ruta de la Reina). Un sendero circular de 15 kilómetros de longitud, bien señalizado y muy popular entre los noruegos, ya que la reina Sonja lo realizó en 1994, bautizando a la ruta con su nombre actual. El recorrido comunica las aldeas de Nyksund y Stø, teniendo una parte pegada a la costa y otra que transita por las montañas circundantes, de 400- 500 metros de altitud. Es conveniente tener un estado óptimo de forma física, ya que la ruta es larga (5-8 horas) y el terreno irregular en muchos tramos. No obstante, se trata de una preciosa excursión con carácter alpino en la que se combina playa y montaña.
Terminada la caminata volveréis a la “civilización” poniendo rumbo sur hasta Myre (2.200 h), un importante puerto pesquero de Vesterålen con todo tipo de servicios. Noche en Myre o alrededores.
La jornada se presenta cargada de actividades, por lo que es conveniente madrugar mucho para volver sobre vuestros pasos. Regresais a Sortland para cruzar de nuevo a la isla de Hinnøya, donde tomareis la carretera 82 dirección norte desde la que se accede a la isla de Andøya. Entrais por el puente de Risøyhamn, donde cogereis la 974 dirección Bjørnskinn, una de las 18 Rutas Turisticas Nacionales que hay en Noruega (Nasjonale turistveger). Ascendereis por todo el litoral occidental de la isla parando en algunos puntos de interés como Bukkekjerka, ubicado entre Nøss y Nordmela, se trata de un moderno monumento del pueblo sami en el que la naturaleza ha escúlpido un altar y un púlpito y donde se celebran desde hace décadas ceremonias religiosas samis.
Continuais ruta dirección norte, si la suerte está de nuestor lado es posible ver focas, águilas y hasta ballenas desde la ventanilla del coche en algunos tramos de la carretera. A medio camino entra las localidades de Stave y Bleik, si las piernas acompañan, aparcareis el coche en un parking para emprender el trail hasta la cima del Måtinden (408 m), se trata de una trekking de dificultad moderada, en el que se recorren 7,6 kilómetros (i/v) salvando un desnivel de 520 metros. Las vistas del escarpado litoral de Andøya, la playa de Høyvika o la isla de Bleiksøya, paraíso de los puffins, son solo algunos de los alicientes para justificar el ascenso hasta la cumbre. En total la caminata completa lleva unas 3-4 horas.
De regreso a la carretera, parais un poco más adelante en el pueblo pesquero de Bleik (460 habs.), que cuenta con una de las playas más grandes de Noruega, de fina arena blanca y espectacular. Para los amantes de la ornitología se puede realizar un safari de avistamiento de frailecillos (puffins) en la mencionada isla de Bleiksøya, frente a las costas de Bleik. No obstante, el tiempo apremia y teneis que llegar a primera hora de la tarde a Andenes, donde podréis realizar una de las actividades más recomendadas del viaje: el avistamiento de ballenas.
A primera hora de la mañana tomareis un ferry regular para desplazaros a Gryllefjord, puerta de entrada a la isla de Senja (7.780 habs.). Con una superficie de 1.586 km², Senja es la segunda isla más grande del país y es conocida como la “Noruega en miniatura” por su enorme diversidad paisajística: mar, acantilados escarpados, pueblos de pescadores al abrigo de calas, montañas, lagos y bosques. Un paraíso para los amantes de la naturaleza, las caminatas y la tranquilidad.
La mejor manera de experimentar la isla, al igual que en Andøya, es viajar por la Ruta Turística Nacional (carretera 862), que comunica Gryllefjord y Botnhamn. Al desembarcar tomareis la ruta 86 para poner rumbo norte, la primera parada será el Troll de Senja (Senjatrollet), la escultura de troll más grande del mundo con 18 metros de altura y 125 toneladas de peso. Más adelante podeis parar cerca de Bergsbotn, donde hay una plataforma de 44 metros con excelentes vistas de las montañas y el Bergsfjorden. Seguireis costeando por la carretera pasando por algunos puntos que merecen la pena: Tungeneset, una moderna pasarela similar a la de Bergsbotn; Ersfjord, un hermosos fiordo de 7 kilómetros de largo rodeado de escarpadas montañas que alcanzan hasta los 800 metros de altura y con una playa de arena blanca; y Senjahopen, uno de los pueblos pesqueros más importantes de la isla.
Antes de abandonar Senja podeis hacer una visita rápida a Husøy (285 habs.), un bonito pueblo enclavado en una islita sobre el Øyfjorden. De ahí, seguireis hacia Botnhamn donde se coge el ferry a Brensholmen, ya en la isla de Kvaløya. Tomais la carretera 862, atravesando esta isla montañosa en la que algunos picos superan los 1.000 metros, para dirigirnos a vuestro destino final: Tromsø.
Si todo va según lo esperado, llegareis a mediodía a la denominada “París del Norte”, con tiempo suficiente para conocer la ciudad. Tromsø (73.000 habs.) es la localidad universitaria más al norte de Europa y la capital económica del norte del país, de ahí su ambiente animado y cosmopolita. Una visita indispensable es la del Polar Museet, un museo sobre la exploración polar de gran valor histórico, también es recomendable echarle un ojo al jardín botánico más septentrional del mundo, o a la iglesia de Tromsdalen, la imponente catedral ártica construida en 1965.
Por la tarde, si teneis tiempo, os proponemos ascender al mirador de Storsteinen (421 mts.), una subida muy empinada e intensa pero que apenas lleva una hora. Desde arriba se aprecia la mejor panorámica de la ciudad y el espectacular entorno que la rodea. Aquellos que no deseen caminar tienen la opción de ascender en teleférico. Noche en Tromsø.
Último día de viaje, volareis a vuestra ciudad de origen desde Tromsø haciendo escala en Oslo.